viernes, 28 de febrero de 2020


El envejecimiento de la población es un hecho real. El aumento de la esperanza de vida, acortamiento de la vida laboral y la jubilación anticipada son las razones principales para el crecimiento de este sector. Con el auge de las nuevas tecnologías el distanciamiento de este sector con la sociedad parece aún mayor.
Es de gran importancia destacar que la implementación de las nuevas tecnológicas en nuestra sociedad actual supone importantes ventajas para el sector de la Tercera Edad, sin embargo, se sienten alejadas de ellas. Resulta evidente que este distanciamiento genera una desigualdad en el uso y provecho de las nuevas tecnologías que puede deberse a estas causas:
La utilidad: Muchos mayores desconocen cual es la utilidad de algunos dispositivos e instrumentos que puede mejorar su calidad de vida.
La complejidad en el uso: A muchos les inquieta el hecho de adentrarse en un mundo demasiado complejo para ellos. Muchas personas no se atreven a utilizar estas herramientas por miedo a meter la pata, piensan que en cualquier momento pueden tocar una tecla inadecuada y perder toda la información o incluso borrar el contenido del disco duro.
El sentimiento de desfase: Según las últimas estadísticas, la mayoría de los adultos mayores que se introducen de forma autónoma en el mundo de las nuevas tecnologías suelen contar con una edad de entre 50-55 años. Por lo cual, existe un sentimiento de desfase con respecto a estos nuevos instrumentos.
Capacidad económica reducida: La capacidad de acceso a la tecnología más actual por parte del sector de la Tercera Edad es más dificultoso, debido a los altos costes que aun supone.
La exclusión de la Tercera Edad en la sociedad de consumo: Actualmente los productos tecnológicos son los más publicitados en los medios de comunicación de masas. Sin embargo, dicha publicidad rara vez es protagonizada por personas mayores. Por ello, como es un producto que no va dirigido a ellos, les genera un sentimiento de indiferencia y desinterés hacia dichos productos.
Las personas mayores tienen que hacer un esfuerzo aun mayor que el resto de la sociedad para adaptarse y evolucionar al mismo ritmo que la tecnología. Deben formar parte del presente de una manera más activa y visible, ya que al sacar un mayor partido a las nuevas tecnologías son uno de los sectores que más beneficios obtienen:
– Superan los prejuicios: De esta forma demuestran a la sociedad que la Tercera Edad no es sinónimo de pasado e impide que no se aparten de la vida social al sentirse inútiles.
– Mejoran su calidad de vida: La tecnología también es útil para las necesidades que puedan tener.
– Mantienen y amplían su red de relaciones: El uso de la telefonía móvil, y herramientas como el correo electrónico y la mensajería instantánea, agilizan la comunicación con los demás.
– Fortalecen su independencia: Tecnologías como Internet favorecen su autonomía como personas independientes. Pueden acceder con inmediatez a información sobre recursos que pueden servirles de apoyo en la vida diaria.
– Mantenerse más activos y saludables: La salud se compone no sólo del equilibrio del factor físico, sino también del psíquico o mental. La falta de actividad mental explica la disminución de la capacidad de aprendizaje en la vejez. Diversos estudios han demostrado que el aprendizaje de nuevas tecnológicas estimula la actividad mental de las personas mayores, reduciendo la incidencia de enfermedades como el Alzheimer.
La informática es una herramienta que les puede servir para resolver problemas y mejorar su forma de leer, entretenerse, comunicarse, informarse y ver la vida.
Con el inminente apagón de la televisión digital, una buena iniciativa será llevar la tecnología al mundo de la televisión, ya que es un medio con el cual las personas mayores se sienten más cómodas. Este proyecto intentará que las personas más reacias a la tecnología descubran los beneficios que pueden obtener de una manera barata y sencilla.
Fuente: Cátedra Telefónica




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